Los conceptos de ciudad, ciudadano y ciudadanía han estado ocupando la atención de las disciplinas sociales, entre ellas la antropología social, instalpandose en la encrucijada de lso enforques urbano y político de ella. Y lo interesante de esta re-aparición, es que cuando estos conceptos se visualizan "ligados" entre sí, los cruza la proposición de una distribución tripartitia de lo social: Por un lado una sociedad civil, por otro lado una Sociedad política y, finalmente, por un mercado. Y, lo que se entendería como lago evidente, es que lleva implicada una distribución tripartita del poder, dentro de un marco de equidad, de democracia cumplida. Sin embargo, en la realidad política no parece ser tan evidente. Lo que uno puede detectar es una competencia por la begeemonía entre la Sociedad política y el Mercado, en donde la gente, atomizada o particularizada en gurpos de diversa índole, es "agenciada" por el Mercado como consumidores y deudores, y por la Sociedad política como electores o seguidores. Pero no está en la mira de ninguno de los dos la existencia de un ciudadano.